El gran propósito de la odontología moderna, además de la
prevención, es el de avanzar en la conservación de la salud bucodental de la
población.
La implantología oral busca restablecer la función,
estética, comodidad y salud normales de aquellos pacientes que han perdido una
o más piezas dentales, mientras que se procura la preservación ósea del sistema
bucal.
La implantología oral es una disciplina de la odontogía que
exige de una especialización por parte del profesional rehabilitador oral y
cirujano maxilofacial, y que involucra distintos métodos de restauración dental
que sugieren la utilización de implantes a la manera de los dientes naturales.
Este campo de la odontología ha adquirido un rápido
crecimiento gracias al desarrollo de la tecnología en sistemas de implantes que
ha avanzado enormemente en respuesta a las distintas necesidades de los
pacientes y a los requerimientos de los odontólogos para ofrecer planes de
tratamientos de calidad y permanencia.
Un implante dental es una pieza o dispositivo protésico de
diseño que imita la raíz y la corona de un diente natural, y que busca actuar
como sistema de soporte sustituto artificial de la raíz, para la fijación de
coronas estéticas. Estos implantes se colocan en el hueso maxilar o mandibular
mediante distintas etapas quirúrgicas o bien inmediatamente a la extracción
dental.
El implante más utilizado actualmente es un producto de
material de titanio, cuyas características físicas y químicas presentan gran
biocompatibilidad, buena respuesta tisular (de los tejido
s) y es ideal para
lograr la osteointegración y la funcionalidad a largo plazo.
El titanio es un material que se ha utilizado por muchos
años en ortopedia que no produce reacción de rechazo, facilita el anclaje al
hueso en un fenómeno denominado de osteointegración entre el hueso y el
titanio, y ofrece excelente respuesta a la masticación como material de
soporte.
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