
Desde hace 15 años hasta la fecha, en la literatura
científica aparecen seis casos descritos, según ha destacado a través de una
nota la Clínica Universidad de Navarra.
Según el director de Cirugía Oral y Maxilofacial de la
Clínica, el doctor Luis Naval, en todos ellos se recogen casos de osteogénesis
imperfecta en los que "en la mayor parte se ha tenido que realizar algún
tipo de regeneración ósea por falta de hueso adecuado debido a la
enfermedad".
De este modo, ha explicado, "el tratamiento de
implantes dentales se complica, ya que precisa injertos de hueso, en su mayor
parte tomados de la cadera, o de la propia mandíbula, alargando el tratamiento
y añadiendo más intervenciones a personas que ya han sufrido muchas
cirugías".

Para evitar este efecto adverso, ha destacado la CUN, el
equipo de especialistas de la Clínica determinó suspender el tratamiento para
la osteoporosis durante unos meses. Para la intervención, se administró
sedación y anestesia local al paciente. De este modo, ha precisado Naval,
"pudimos realizar todos los tratamientos en dos fases, separadas una y
otra por varias semanas, colocando entre tanto prótesis provisionales".
En la primera fase de la intervención se procedió a la
extracción de las piezas dentales. A continuación, los cirujanos maxilofaciales
escogieron una técnica denominada cortical split, consistente en provocar una
fractura controlada (en tallo verde) del hueso maxilar para poder ensancharlo,
colocar el implante y rellenar el defecto con virutas óseas del propio
paciente, junto al empleo de
un biomaterial en determinadas zonas que precisaban un aumento de la anchura de la mandíbula.
"Realizamos todo el procedimiento sin utilizar injertos
óseos, por lo que la recuperación fue mucho más rápida y en cuatro meses ya
estaban listos los implantes para utilizar", ha descrito el doctor Naval.

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